La faceta de productor de Alex viene fundamentada sobre sus solidas bases de dj, pero dj en su máxima expresión cuando los djs eran una rara especie humana que intentaba demostrar lo que hoy ya se acepta a nivel global y es algo que no se cuestiona: un dj es un artista y su arte emana de su personalidad y de sus convicciones personales mas profundas.
Siguiendo sus principios (casi fundamentalistas) technoides y oscuros siempre alejados de las modas o corrientes multitudinarias o populistas Alex ha sabido en su faceta de productor dar salida a sus instintos básicos y actualizarlos sin perder la efectividad musical que antaño demostró en las cabinas.
Su música evoca angustias u orgasmos, paisajes efectistas o sencillez minimal todo cabe dentro del puzzle electrónico que día a día evoluciona en su alma para intentar alcanzar esa zanahoria de carrera de galgos que significa la perfección, la máxima expresión de sus ideas.
Acompaña las texturas y los sonidos de percusiones vivas y mutantes
Todo en un contexto que huye de la pretenciosidad y de las modas pasajeras
Yo quiero seguir disfrutando de ese anhelo suyo quiero que nunca encuentre su meta porque mientes siga buscándola nosotros los que escuchamos su música seguiremos descubriendo con el rendijas musicales perdidas en el tiempo y que dan mas importancia al espacio existencial que al poderoso y implacable tiempo que es la variable que en su faceta musical no tiene lugar.
Con los años se hace cargo de su sello Sinusoide Records en el cual vuelve a retomar la riendas del propio sello.
Inmerso en la producción durante muchos años logrando grandes retos a lo largo de todos estos años.
Podríamos adjetivar su obra hasta el día de hoy como atemporal y enigmática pero de hoy en adelante no me atrevo a vaticinar su evolución, como el vino, su música aunque en edad adolescente aun es un producto vivo y parece tomar sus propias decisiones al margen incluso de el.
Antonio Monzón